Una organización para salvarnos a todos
La ciencia ( el nuevo eje de creencia ) que posee la capacidad de derribar antiguos paradigmas con tremenda facilidad, y de modificar el entorno amparándose en los trillados y redefinidos «bien común» y «solidaridad», demuestra como piramidalmente puede crearse una verdad absoluta, incuestionable.
2020-21-22 fueron años que nos enseñaron como se podía suprimir al individuo, llevándolo a un callejón sin salida por una dualidad CONSTRUIDA desde los medios, siempre sostenida por el miedo, y extendida por la estructura de enjambre digital que mueve nuestro presente.
Denuncia de médicos después de presentar su ensayo clínico en el British Medical Journal.
Se estableció una nueva anormalidad, lejos de la ciencia, sin debate público ni mucho menos técnico, siendo expuesta y sostenida por relatos de expertos con conflictos de intereses en la mayoría de los casos, estableciéndose así, desde esas premisas, un control MORAL por la seguridad y beneficio de unos pocos (los de siempre).
Mi reportaje fotográfico en Barcelona (más abajo) muestra el pasaporte de la vergüenza, el pasaporte covid. Pasaporte que sacó a la calle a miles de afectados, convirtiéndolos en cabeza de turco, en una diana fácil para que sus conciudadanos tuvieran una válvula de escape, y poder culpar a alguien de una situación totalmente amplificada por quienes pilotaban la «información». Una decisión (estigma) que dejó a miles de personas sin trabajo en Italia, cientos de sanitarios suspendidos de empleo y sueldo durante meses en Francia, jubilados sin poder cobrar parte de sus subsidios en Grecia y en decenas de países, y una extensa variedad de atropellos a la dignidad humana, POR TU SEGURIDAD.
Parece que nos queda seguir confiando en agentes externos a nosotros, en expertos, políticos, estructuras sanitarias en su mayoría tomadas ideológicamente por intereses comerciales.
La cámara de fotos fue el único camino para mí, ante una ceguera impuesta a base de miedo y repetición, mantras anticientíficos y totalitarismo moral, gracias a la sociedad «moderna» de la hiperconectividad que parece haber anulado al verdadero SER, al individuo que con sus decisiones responsables construye un verdadero tejido social, una verdadera comunidad, y no un enjambre autosugestionado que se deja arrastrar por las mareas de lo políticamente correcto como vivimos hoy.
Hoy, esa capacidad de decisión se encuentra secuestrada por la cárcel de la «información» y el totalitario nuevo eje de creencia, los medios de comunicación/ciencia, aquellos capaces de crear un mundo paralelo que parece verdad, sin opción a poder discernir por uno mismo.
El mecanismo psicológico de terror a lo diferente ya está instaurado: la palabra mordaza negacionista hace de barrera para el libre pensar, y el libre actuar.
«Antes no se permitía a nadie pensar libremente;ahora se permite, pero ya nadie es capaz de hacerlo. Ahora la gente quiere pensar sólo lo que se supone que debe querer pensar, y esto lo consideran libertad».
-Oswald Spengler
Increíble experiencia la de caminar por tu ciudad y ser visto por el miedo de la ciudadanía, ser juzgado y señalado como el culpable de un evento, ser un paria por los relatos de quienes decían salvarte, aquellos mismos que te llevaron al frente en 1914 y 1939, pero ahora te cuidan.
DIVIDE Y VENCERAS
